viernes, 2 de noviembre de 2012

Retratos de muerte

- Quítate de la ventana, que no ves que ya vienen los muertos
- He estado pensando si morirá algún día... 
- Eso es imposible
- ¿Por qué lo dices? 
- Cómo puede morir alguien que nunca ha vivido
- Vivir es un concepto complicado
- Y un ejercicio también... 

Las mañanas de aquellos días el sol tenía un extraño aspecto, pero sólo pudo haberlo notado aquel que lo miraba de frente, para los demás, todo pasaba desapercibido, aun cuando los cambios en el astro rey matizaban las cosas en tonos levemente distintos a los que comúnmente aparecían, lo cual hubiese sido relevante si aun quedaran personas que observan con detenimiento los colores de las cosas. 

En la esquina de una casa vieja, que alguna vez estuvo pintada de amarillo y hoy sólo queda el rastro del recuerdo tras la humedad que tiñe de verde sus paredes, ahí se encuentra sentado un perro; sus ojos se mueven de un lado al otro viendo pasar las ánimas que vienen de visita, de tanto en tanto avienta un ladrido como saludando a los que conoce; la muerte nos toca a todos, dice de pronto una anciana que lleva 12 años pepenando basura en las calles, antes era diferente, pero un día su hijo bueno murió y los demás, digamos que habían muerto mucho antes. 

En el pabellón de incurables del psiquiátrico local un interno cuenta la historia de la vez que murió bajo los rieles de un tren que llevaba papas a un pueblo lejano, del público que ostenta nadie le entiende pero a algunos el medicamento les provoca una mueca parecida al interés, en un rincón una enfermera piensa que la voz de aquel loco es envolvente, si estuviera cuerdo sería un gran orador, por andar pensando se ha descuidado y dos mujeres que están a su cargo andan ahora peleando por quién es la verdadera reina del maíz, entre los gritos de aquella feroz batalla se escucha como cada una defiende su propio parecido con una mazorca de aquel tesoro azteca. 

Un hombre joven y calvo se encuentra sentado en un tronco con las manos en la mejillas como haciendo un gran berrinche, si pudiésemos escuchar sus pensamientos sabríamos que está enojado con su padre muerto porque nunca le enseñó a decir te quiero ni con palabras ni con el cuerpo y ahora él se encuentra en tremendo lío queriendo relacionarse con su mujer y sus pequeño hijo del modo que él tanto deseaba cuando era pequeño. Lo que más le molesta es que no estaría pensando en eso si no se hubiese puesto a leer un papel que encontró mientras sacaba el martillo de la caja de herramientas, aquella nota era una lista de clavos y tornillos de diferentes tamaños que alguna vez su padre necesitó y él las fue a comprar, eso fue dos días antes de que un infarto anulara por completo la comunicación entre los dos. 

Pero ¿Qué es morir? pregunta insistente una pequeña de no más de 5 años a la mujer que la cuida desde que tenía 2, la pobre ya no sabe qué decir si ya ha hablado de cielo, ángeles, nubes, corazón, amor; ninguna de esas palabras termina por resolver la duda de la niña que no se rinde mientras trata de comprender lo que hace poco le pasó a su gato. 

En los altares del pueblo se ven todo tipo de fotos, algunas muy viejas y otras renovadas a computadora. En algunas casas las fotos son tan modernas que todavía provocan llanto en quienes la miran. No hay duda, la muerte es una justa irrespetuosa de los esquemas humanos, fotos de todo puede verse, abuelos y abuelas, ancianos que no fueron abuelos, algunos ni siquiera padres y sus fotos están en el altar de algún pariente que casi de casualidad los recuerda. Hay hombres y mujeres, niños, niñas, animales, las fotos de los peces son las más difíciles de distinguir, hay una donde aparece un destello blanco y sólo puedes saber que es un ratón porque quien la puso ahí lo dice en cuanto ve la cara de desconcierto que provoca la imagen. La muerte es así, eterna, porque uno vive por un tiempo, pero morir, eso es para siempre, es la única certeza que nos espera desde que nacemos, cómo no amarla si acompaña cada bocanada de oxígeno que entra a nuestro cuerpo, vaya uno a saber si en una de esas un poco de aire pueda también matarnos. 

En esta vida todo el mundo muere, aunque para ese momento no todos habrán vivido.