miércoles, 4 de octubre de 2017

Las lunas de octubre

Hoy, precisamente hoy, me encuentro en el camino que andaba, sin fin alguno, con esas palabras juntas... "Las lunas de octubre". Recordando que hace tiempo me dijeron que son las más hermosas. Hoy es luna llena, yo la vi, la vi desde hace ya un rato... era hermosa, tenía un halo que la hacia verse más suave. A los ojos de quienes no saben enamorarse de la luna, seguro octubre pasa desapercibido, pero aquellos que hemos tocado su luz, aunque sea por un instante, no dejamos de buscarla en el cielo, en nuestros sueños o en cualquier rincón donde creamos pueda esconderse. 
La luna es uno de los consuelos más bellos que se encuentran en las noches solitarias, es también la alegre compañera de las fiestas de aquellos que bailan en la madrugada. La luna es una dama, es una fiera, es intocable y abraza. La luna invita a las brujas, a los lobos y a las flores que sólo dejan salir su aroma a la luz de la noche. 
Si me preguntasen a dónde quiero ir primero cuando muera, diría mil veces que a la luna, quiero verla de cerca y entender cómo es que nos regala ese maravilloso reflejo, así lo digo, maravilloso reflejo, si nosotros pudiésemos ver nuestro reflejo en el otro como algo maravilloso, seguramente tendríamos el mismo brillo que la luna. 
Y fueron esas coincidentes palabras juntas las que me tienen aquí hablando de amor, de un amor que no se suelta, un amor que trasciende, un amor que atraviesa el tiempo como si todo fuera un sueño. Tengo el presentimiento de que por siempre viviré enamorado de la luna, de sus ciclos, de sus ausencias y su presencia, de su arco iris, de su cara y su conejo, de esa dulce sensación de su luz fría que acaricia, que evoca suspiros, leyendas, poemas... 

Recuerda... Las lunas de octubre son las más hermosas.