sábado, 31 de diciembre de 2011

A mi luna azul

EL último día de este año y te veo aparecer en todas partes, sin querer y queriendo. Tengo para ti, dedicadas mil canciones, sabiendo que eres música espero un día lleguen a tu alma. Escribo sin rima, sin ritmo, sin sentido, escribo bajo el influjo de la nostalgia que aclama tu nombre y tu presencia. Pienso si acaso no he recuperado mi corazón y se ha quedado en la luna con la mitad de mi sangre. Quiero dormir y soñarte, quiero encontrarte un día de casualidad por las calles que quedaron investidas de nuestra historia, de nuestro amor que hoy debiera convertirse en un vago recuerdo, y sin embargo por ratos, cuando encuentro tus ojos y tu sonrisa me resulta imposible el viaje. Me doy cuenta que sólo quiero escribirte una carta, hacer una llamada, escuchar tu voz, traerte a mí, incluso volver a nacer y viajar a esa luna que siempre serás para mí. Luna llena, luna nueva, radiante luna, cuarto menguante y creciente, quisiera saber si en estos momentos en que tu recuerdo se levanta en armas contra mi memoria, si quiera aparece una instante en ti mi esencia. Cuanto te extraño a veces, aunque al recordar me doy cuenta que no estabas, y aun así eras mi presencia, mi presente, eras presente, eso ni siquiera existe, si acaso eres, somos pasado, un pasado que aun persigue con amor mi pecho y lo llena del tornado de tu ser. Tengo demasiado qué decir, en realidad es muy poco, son tan sólo unas palabras, pero quisiera decirlas tantas veces, hasta que se hagan realidad en tu alma. Hoy me atrevo a estar contigo y en ti, y permito que estés conmigo y en mí. 

domingo, 25 de diciembre de 2011

El faro

En la piel del mar se dibuja la sombra del faro que se ocupa la noche entera en dibujar su silueta desde todas partes. Nadie sabe si ha nacido deseando ser el guía de todas aquellas embarcaciones, no podremos jamás preguntarle si prefiere acaso ser un pisapapeles o un peñasco. Todos los marinos agradecen su existencia cuando en la penumbra ven su luz que les conduce, los aparta del peligro, les anuncia la buena nueva de su próxima llegada. Y así, todos han de llegar dando las gracias, y al marcharse no podremos escuchar un hasta pronto, ha dejado de ser aquel que daba tanto gusto saludar. Así transcurre la vida de los hombres, uno tras otro vamos siendo marinos y faros en la vida de los demás, uno tras otro vamos quedándonos quietos y zarpando de vez en cuando, vamos tocando al mar y el mar nos llena de caricias, caricias que con el tiempo lastiman nuestros cimientos. Noche tras noche tratamos de hacer competencia con la luna, algunos, más humildes, aprendemos de ella; y a la llegada del sol nos echamos a dormir para dar paso a la vida del hombre. 

Permiso para pensar en ti

No recuerdo tu nombre, sé que lo he escuchado pues nos han presentado un par de veces, sin embargo en cada uno de nuestros encuentros quedo absorto en el brillo de tus ojos y lo dulce de tu sonrisa, por eso en esta noche no puedo recordar tu nombre.
Hoy me atreví a pensar en ti, a soñar que un día por azares del destino, un destino que quizá yo me atreva a persguir, vamos a coincidir y seré capaz de provocar a tu boca ese brilo y a tus ojos la dulzura, y pasará un tiempo y nos haremos amigos, y disfrutaremos momentos juntos, y viajaremos en mi alfombra mágica a mundos nuevos y conocidos, hasta que un buen día nos hagamos parte de esa bella poesía que habla de sin saber cómo ni con qué pretexto por fin me necesites. No quiero que necesites de mí para vivir, simplemente quiero que un día yo esté presente en ti y tú en mí y nos quedemos inscritos haciendo historia juntos, caminando juntos.
Estoy aquí, sentado en mi habitación a muchos kilómetros de donde tú te encuentras, pensándote y deseando que ese mismo pensamiento por un segundo haga ruido en tu mente y aparezca yo en tí, aunque sea un segundo, aunque sea como una visión, y te animes a preguntar por un instante, dónde estoy, incluso a desear que estuviese justo ahí, a una distancia que pueda ser cubierta por la voz, para conocernos más y mejor.
Estoy contento de darme el permiso de pensar en ti, de arriesgarme de nuevo a tener un deseo, de ponerle a la vida un toque de ilusión que se convierta en magia para sanar mi corazón. Estoy feliz de poder cerrar los ojos y mirarte, y quedarme platónicamente enamorado de la más bella desconocida que ahora recuerdo.

martes, 20 de diciembre de 2011

Somos, fuimos...

En el fondo de un vaso vacio, sin importar cuantas veces lo sirvas y lo derrames en tu boca, siempre queda al última gota de un vino amargo. A golpes de vida aprendí no pretender un encuentro de amantes donde ni siquiera hay amigos. Claro está que nos envuelve el cariño y quizá hasta un tanto de agradecimiendo por la compañía o algunas lecciones aprendidas, pero no son amado y amante aquellos estando al rededor de una botella de vino no se sonrojan, no se dedican miradas, no sienten arder un deseo en sus vientres. No te confundas ángel, acostumbrarte a alguien no es amarlo, el amar es innegable, salta a los ojos, vive en el alma y respira en el cuerpo, no te confundas demonio, no es lo mismo amar que sentir odio, no es amor aquello que lleva al otro e incluso a tí mismo a cualquier infierno. Qué más quisiera yo que nosotros fuesemos amantes, pero abro los ojos y veo esa niña que apenas y resiste sostener mi mirada un par de segundos, aquella a la que mi deseo asusta, la que no salta sobre mi cuerpo en las madrugadas, no somos ni amigos, no somos amores, ni amantes. Somos quizá compañeros de un camino, momentos en el destino, maestros, aprendices, jardineros o artistas, pero nada más. Si aun siendo dueños del tiempo y de la noche, preferímos el mundo de los sueños, si en el pasado quedó esa madrugada que pasamos juntos y alegres de estar despiertos para vernos, escucharnos y sentirnos, entonces vida mía, somos historia, fuimos magia, somos nostalgia, fuimos fuego, somos cenizas volando en búsqueda de un nuevo camino.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Jamás sabré si existe siempre

Palabras dificiles de utilizar, palabras que no se sabe por qué o para qué existen, yo no puedo saber si te amaré por siempre, sé que te amo y que te he amado, sé que si vuelvo a tus ojos descubro el universo en el que por siempre quiero estar, sé que no logro escapar del torbellido que provocan tus pestañas en mi alma, sé que tu sonrisa es el manantial que calma la inquietud de mi espíritu. Mi alegría es pensarte y volver por un segundo a los momentos en que me diste vida.
Hace tiempo que tengo conmigo una tristeza que no pasa, que no se cura con agua, que no se la lleva el más fuerte viento, hace tiempo que miro la luna y su belleza me transporta al único lugar en el quiero estar cuando el cielo parece caerse... Contigo, dentro de una casa de campaña instalada en la sala de nuestra casa, ahí donde sólo seamos tú y yo... Contigo en el mar, siendo por completo acariciados por cada gota de agua que se integra a ese gran cuerpo de agua y nos dice bienvenidos, bienvenidos sean con todo el amor que se profesan.
Hace tiempo que las aves cuando cantan pintan de colores el destino que ha quedado gris con la ruptura de todas las promesas que un día nos hicimos, y en mi pecho gritan las palabras que leí en tinta rosa donde me decías que no querías existir en un mundo donde yo no estuviera, y aquí estoy y aqui estas, y somos nada el uno para el otro, somos el recuerdo, la experiencia, somos la melancolía que se instala en los huesos de quien no deja de amar la misma voz, el latir de un corazón que retumba en todas las paredes de mi craneo generando más que un pensamiento, un suspiro.
No puedo este día saber si te amaré por siempre, más eso es lo que siento cada vez que veo tus ojos alejarse de mi vista, cada vez que te traigo a mi mente para quedarme prendido a tu cuerpo en un abrazo que sugiere ser perfecto, perfecto al sentir tu calor y poder darte el mio, perfecto pues en las noches de invierno frio yo era tu persona favorita, ahí podías vivir y yo permanecer despierto hasta verte dormir.
Provocame las letras que me hagan escritor, provocame un recuerdo que incite a mi corazón para llenarte de bendiciones, vuelve un día pero en otra vida para decirme que los sueños en tu pecho y en tus manos se hacen siempre realidad.