domingo, 25 de diciembre de 2011

Permiso para pensar en ti

No recuerdo tu nombre, sé que lo he escuchado pues nos han presentado un par de veces, sin embargo en cada uno de nuestros encuentros quedo absorto en el brillo de tus ojos y lo dulce de tu sonrisa, por eso en esta noche no puedo recordar tu nombre.
Hoy me atreví a pensar en ti, a soñar que un día por azares del destino, un destino que quizá yo me atreva a persguir, vamos a coincidir y seré capaz de provocar a tu boca ese brilo y a tus ojos la dulzura, y pasará un tiempo y nos haremos amigos, y disfrutaremos momentos juntos, y viajaremos en mi alfombra mágica a mundos nuevos y conocidos, hasta que un buen día nos hagamos parte de esa bella poesía que habla de sin saber cómo ni con qué pretexto por fin me necesites. No quiero que necesites de mí para vivir, simplemente quiero que un día yo esté presente en ti y tú en mí y nos quedemos inscritos haciendo historia juntos, caminando juntos.
Estoy aquí, sentado en mi habitación a muchos kilómetros de donde tú te encuentras, pensándote y deseando que ese mismo pensamiento por un segundo haga ruido en tu mente y aparezca yo en tí, aunque sea un segundo, aunque sea como una visión, y te animes a preguntar por un instante, dónde estoy, incluso a desear que estuviese justo ahí, a una distancia que pueda ser cubierta por la voz, para conocernos más y mejor.
Estoy contento de darme el permiso de pensar en ti, de arriesgarme de nuevo a tener un deseo, de ponerle a la vida un toque de ilusión que se convierta en magia para sanar mi corazón. Estoy feliz de poder cerrar los ojos y mirarte, y quedarme platónicamente enamorado de la más bella desconocida que ahora recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario