martes, 18 de octubre de 2011

Confesiones

Soy el mar de noche y por la madrugada un brillo alcanza mis aguas... soy viento que viaja y atraviesa con deseo, soy fuego cautivo que conforta sin quemar, soy riesgo de desastre, soy un alma que parte de la nada infinita en que me encuentro cuando la soledad me canta y dentro de mí siento el ir y venir de un colibrí que habita en mi pecho, el acelerar de sus alas marca el ritmo de mi corazón cuando me encuentro en la entrada de un camino con corazón, yo quiero seguir sin reservas este deseo infinito que en mente y alma me dice que he sido bendito con el conceder de un Dios que me ha escuchado y ahora, probando mi voluntad me ofrece el regalo que con la voz de mi pecho he clamado... A esa luz le suplico que me ilumine el camino para seguir con paso de amor la ruta que me permita contemplar el bello paisaje que ha sido mi regalo... Cierro mis ojos un momento, pongo mis manos en ellos, abro poco a poco mis dedos para que la luz toque mis párpados y con un suspiro en puerta abriré los ojos para mirar y más allá de eso para contemplar la montaña sagrada que frente a mi se ha posado, atravesando un fresco lago llegaré hasta las faldas y me dispondré a subir hasta la cima de un amor creado desde siempre.

2 comentarios:

  1. Precioso sitio de paso para un viajero, aunque sea del mundo virtual.
    Bonitas palabras, describes el interior desde el exterior.
    Un saludo, volveré..

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  2. Queda cautiva mi esencia, escucha en el silecio la voz que te guiarà a caminar por la montaña, es real,espera tu llegada

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