lunes, 5 de marzo de 2012

A la luna sin una letra

Tengo para ti la torre Eiffel metida en un frasquito, tu auto preferido sin problemas de estacionamiento, todos los tonos de azul para que elijas el que mejor te acomode al día y si ninguno cuadra, tengo también un arco iris. Tengo un reproductor de música con tantas canciones como te sea posible desear, con los audífonos diseñados especialmente para tu anatomía. Tengo café siempre listo para acompañar tu día y dotes de cocinero para alimentar tu alma, todo sazonado con amor. Tengo un catálogo con mil paisajes para contemplar a tu lado y la cámara perfecta para capturar los instantes. Tengo las ideas que me inspira la locura que dejas vivir en mi, para acompañar nuestras tardes con frutas de muchos colores y encender por las noches las velas que del aroma a nuestro hogar. Tengo un deseo profundo grabado en el corazón de mi propio corazón que lleva por siempre tu nombre y que grita fuerte por tener una segunda oportunidad. Tengo diez libros y dos idiomas que compartirte, la posibilidad de escribirte y de inventar contigo una nueva forma de hablar. Tengo la mitad del corazón que era nuestra armonía y un nuevo anillo ansioso por colgar en tu cuello. Tengo la misma torpeza y los mismos nervios que recuerdas, la misma mirada y sonrisa y un pecho más fuerte, menos cruel y más bendito. Tengo en invierto el calor que en primavera tanto te agobiaba. Tengo un nuevo peinado y la misma cara. Tengo en la espalda tatuado el símbolo que elegí para caminar en la vida, vida en la cual sigues incluida. 

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