miércoles, 10 de noviembre de 2010

Soy todo lo que queda al finalizar el día

Soy todo lo que queda al finalizar el día, cuando teléfonos y timbres ya no suenan, cuando el televisor y la luz se apagan, cuando el ruido de la calle se hace tenue y sólo algún camión irrumpe ocasionalmente el silencio, cuando los ojos están cerrados y no hay más miradas que encontrar y ofrecer, cuando los abrazos se han dormido sólo quedo yo con mi piel, con un corazón que me cuentan que es rojo pero que yo jamás he visto, sólo quedo yo y mis pensamientos, las fantasias de miedos y deseos... Al cerrar los ojos aparece esa niebla rojiza y negra que se mueve dentro de mi, debe ser el fuego de algún anhelo viviente o la energía con la que se mueve todo mi cuerpo...

Al final del día, cuando la noche envuelve el espacio en que me encuentro, el último abrazo es el que mis brazos pueden ofrecer a mi propio cuerpo, la única caricia es la de mi corazón latiendo en mi pecho, ese rojo corazón que nunca he visto... mis únicos amigos son los aparecidos detrás de mis ojos al imaginar lo que el momento apremie...

Al final de la noche la música de mi respiración es lo que me acompaña y me lleva de la mano a un mundo donde todo yo se disfraza y se presenta con otros nombres y colores hablandome de mi...

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