jueves, 14 de julio de 2011

Una tarde cualquiera

Miro las nubes pasar, me pregunto a dónde van, si llegarán... siento al viento correr y no consigo su prisa comprender, incluso sé que la tierra bajo mis pies, con toda su solidez, se mueve muy a su paso, el agua, las aves, los perros, los cometas, todos parecen tener una razón para moverse, para seguir adelante, nada se queda para siempre en un lugar... yo quisira saber si cada hoja que cae lleva una ruta o sólo se entrga a los brazos del viento que la hace bailar... yo quisiera conocer la respuesta a la pregunta del destino, del camino, de la meta; yo quisiera encontrar bajo mi cama el mapa que he perdido hace algunas noches con la luna, quisiera descubrir si caminar así, sin comprender a dónde voy o la razón por la que voy, me hará llegar tarde o temprano, si es que acaso se trata de llegar o solamente de recorrer... mientras tanto respiraré aliviando de no poder detenerme, pues ni las piedras, ejemplo mismo de la no vida, paran su curso, aun ellas caminan, construyen... así que, aun siendo yo una piedra, me dirijo a algún lugar y algo he de lograr.

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