miércoles, 11 de noviembre de 2015

Al final todo tiene un costo

La soberbia te aleja del propósito que te tiene aquí. 
- ¿Por qué lo has hecho?
Se escuchó detrás de las cortinas que separaban la cocina del resto de la casa. Era una construcción simple, donde algunos espacios estaban revueltos y otros apenas diferenciados por una tela o por el entendido compartido de lo que eran. 
- No hay una razón, no hubo intención... 
- Aún sin intención, según lo dices, el precio se paga siempre
- Me queda claro
Después de la breve conversación, que aunque no lo parezca, no estaba cargada de nada más que la necesidad de entender, de ir un paso más allá de la conciencia presente, se dieron las instrucciones a seguir... 

Tendrás que dejarlo todo, tomarás sólo aquello que te sea esencial para sobrevivir apenas unos días, y emprenderás camino, andarás con rumbo a la montaña que se ve a lo lejos, no importa el paso que lleves, cada pisada será el camino, cada vez que tus pies toquen el piso y te coloquen en un nuevo espacio, estarás venciendo una meta, te estarás conquistando brevemente. 

Un buen día, se terminarán tus provisiones, pero no te puedes detener, mucho menos regresar, deberás aprender a resolver sobre la marcha tus necesidades, y aprenderás a economizar tu energía, volverás a lo básico, andar el camino te mostrará lo que realmente necesitas y aquellas cosas que son prescindibles. No te preocupes, siempre encontrarás la manera, aún en los momentos más desesperados, hasta que entiendas que la desesperación, la preocupación, la culpa y la angustia, carecen de sentido, un día, cuando recorras en tu mente el camino andado y mires lo que aún falta, decidirás soltar y andar libre y caminar tu presente, sabiendo que todo es pasajero, el hambre, el dolor e incluso las maravillosas vistas y aromas con que has de encontrarte; lo único permanente será lo que aprendas, lo que guardes en tu corazón y conviertas en historia, en parte de ti, lo que te funcione para ser feliz en tu camino. 

Avanzarás lo necesario, lo suficiente, hasta sentir que llegas, y aunque no lo sabrás en ese momento, no habrás llegado, llegar será la fantasía que te sostenga para tomar el siguiente respiro. Cuando estés en la montaña, buscarás una cueva, no importa nada, solamente que te haga sentir cómodo, seguro, que sientas que es tu espacio, puedes considerar lo que gustes con tu mente, pero tu hogar deberás construirlo con el corazón. Una vez en la cueva, aprenderás a respetar el espacio, será el lugar en donde estés y te refugies, pero no será tuyo, ni tú serás de él, la cueva es un sitio más que tarde o temprano tendrás que dejar. 

Permanecerás en la cueva hasta que todos los que ahora te conocen y te aman, te hayan olvidado o que al emprender su propio camino, no hayan podido llevar más tu presencia consigo, experimentarás la más cruda soledad, y vas a llorar, vas a sentir que te arrancan toda la piel y todo perderá sentido por un instante, tus lágrimas van a invadirlo todo, incluso sentirás que tus huesos lloran, y cuando lleves varios días sin dormir y sin comer, cuando el dolor te haya matado toda esperanza y toda expectativa, empezarás a respirar lentamente, sentirás como tu alma regresa poco a poco, y una calma extraordinaria y completamente nueva te invade, te llena por completo la más grande paz, no habrá otro momento en que te sientas más tranquilo, habrás perdido el apego, todo lo que exista en adelante, todos tus vínculos, irán más allá de la posesión y la necesidad, cada despedida será para siempre y cada reencuentro te llenará de alegría como una primera vez. Aprenderás a estar agradecido por cada momento y sabrás como dejarlo ir, nadie será tuyo, y tú no serás de nadie. 

Para cuando sea tiempo de seguir caminando, tu cuerpo habrá cambiado, nadie podrá reconocerte, serás para siempre un desconocido sin historia, y no hablarás con nadie de tu pasado, es más, no hablarás contigo, ni con el cielo, de lo que has vivido antes, serás un hombre nuevo, engendrado del aire, construido de tierra, en tus venas correrá agua y tu espíritu será fuego. Aprenderás a ser diferente y a observar la diferencia; dejarás tu cueva, pero la llevarás para siempre contigo, cambiarás de camino, pero fructificará en ti cada paso que has andado... 

- Ese, querido amigo, es el costo de lo que ahora pides... el camino es infinito y no hay destino, no tienes que pensarlo mucho, siempre se puede cambiar de senda, pero con cada paso formas un camino diferente, nada mejor, nada peor, simplemente diferente, y todo se vale, ten eso presente, no hay peros, no hay reclamo, tu vida es tuya y lo maravilloso es que conozcas en cada momento las opciones, todas, y sepas que eres libre para elegir, al final, todo tiene un costo. 


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