domingo, 26 de septiembre de 2010

Dos palabras

Esta noche, ésta y no otra madrugada he sido asaltado por aquella que lleva colgando del cuello la llave de mi alma, hoy he sentido algo nuevo, y ni siquiera ha sido necesario que extendiese su mano para tocar cada parte de mi ser... Ella ha hecho magia y mis ojos están muy abiertos y mi corazón cabalga a toda velocidad como queriendo alcanzarla... Es mi luna llena, puedo quizá mañana estar equivocado, pero hoy doy mi vida al decir que la he encontrado, que mi búsqueda ha cesado pues no quiero ir más lejos de su boca... Ella es la razón de este temblor en el que me siento fuerte y debil, capaz de todo, grande para envolverla en mis brazos y pequeño cuando me toma en los suyos... Ella es mi reina, es esa mujer paciente, serena, pero a la vez firme y aguerrida... Yo la amo con mis piernas que se doblan al pensarla, con mi pecho que la espera guardando el lugar en el que sólo cabe ella, con mis brazos listos siempre para ser su refugio... Yo la amo con dulzura, con pasión, con quebranto, con locura y cordura, con el brillo de mis ojos, con el calor de mis labios, con mi aliento que se escapa en el aire para ser amante de su respiración... A dónde voy, sino a sus brazos, de dónde soy sino de ella, de sus ojos, de sus manos, de sus palabras de encanto que envuelven mi vida como la noche estrellada se adueña de un campo... Vas a entenderme tú, si hoy te digo que te amo...

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