domingo, 19 de septiembre de 2010

¿PODRIAS SIMPLEMENTE ESCUCHAR?

Cuando te pido que me escuches y empiezas a darme consejos, no estás haciendo lo que te pedí. Cuando te pido que me escuches y empiezas a decirme por qué no debería sentirme así, estás interfiriendo en mis sentimientos. Cuando te pido que me escuches y tú sientes que tienes que hacer algo para resolver mi problema, me fallas, por extraño que eso pueda parecerte.

¡Escucha! Lo único que te pido es que me escuches, no que hables ni que actúes.

Cuando tú haces por mí algo que yo puedo y debo hacer por mí mismo, contribuyes a aumentar mi miedo y mi sensación de incapacidad. Pero cuando aceptas simplemente como me siento, sin importar que tan irracional parezca, entonces, en lugar de gastar mi energía en convencerte, puedo decicarme a comprenderlo.

Los sentimientos irracionales nos hacen sentido cuando entendemos lo que hay detrás de ellos y cuando eso me queda claro, las respuestas me resultan obvias y ya no necesito consejos.

Quizá sea por eso que la oración le funcione a ciertas personas:
Porque Dios es mudo y no da consejos para resolver los problemas. Dios sólo te escucha y te deja que lo trabajes tú mismo.

Así que, por favor, sólo escucha. Si tú quieres hablar, espera un poco hasta que sea tu turno y entonces... yo te escucharé.

(Autor anónimo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario