- ¿Dónde andaba?
Amor de ti esas bromas, tu sentido del humor tan simple, creativo, espontáneo; me sorprende haberte visto dejar que una broma se expresa con tu rostro empapado en lágrimas. Me gusta tu sonrisa y como abarca tu rostro, tu cuerpo entero. Muchas veces sé que te gusta bromear porque disfrutas verme reír, hacerme reír, creo que te da la sensación de que me haces feliz por un momento y eso es algo tan noble y maravilloso, que te alegre mi felicidad. Hoy que te pienso en silencio, siento en mi pecho el lenguaje del amor, esa manera en que se enciende una fuente dentro de mí cuando evoco la imagen de tu rostro, te amo desde mi sonrisa, y aunque no es el tema, te he amado también desde mi llanto. Hace tiempo que no te escribía, no vas a creerlo, pero en estos días que te he mirado y que he sentido de nuevo tu energía, regresó a mi alma el ímpetu por llenarte de letras, quizá sea cosa de ir poco a poco reconstruyendo esto. Mientras tanto, sigamos sonriendo.
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