miércoles, 25 de julio de 2012

Escribir a oscuras

Hay noches en la vida en que uno se siente profundamente solo, y es apenas hoy, después de 27 años, 7 meses y 8 días de haber nacido que logro comprender que uno se siente solo por la simple y sencilla razón de que lo está, y que esas noches, algunas veces se deben vivir solo, que incluso el ánimo triste, asustado o enojado, se puede disfrutar, contemplar y aprovechar. 

Escrito en un cuaderno... 

Un relámpago iluminó la habitación por un segundo o menos, yo estaba tendido sobre la cama escribiendo a oscuras, dejando que las palabras se creasen solas, sin necesidad de la aprobación por parte de mis ojos. Podía sentir como algunas palabras estaban deformes, otras mal acomodadas y algunas más incompletas, para ese mundo ciego nada era relevante, la forma perdía sentido y el contenido valía sólo la primera vez, cuando estaban siendo escritos, pues más adelante y con la luz encendida, parecerían tal vez sólo un montón de garabatos, eso si, garabatos perfectamente acentuados. 

Aquello era como la vida, el ensayo, por imperfecto que resulte, era lo único válido, pasarlo en limpio era sólo recordar, reescribirlo es intentar, en una nueva realidad y borrarlo equivale entonces a olvidar, claro que como está escrito con tinta, olvidar se complica, se puede intentar deshacerse del papel en que se encuentra, tirarlo, mojarlo, quemarlo y todo eso no evitará que haya sido escrito.  

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