viernes, 27 de mayo de 2011

Hombres de palabra

Ser hombre de palabra puede tener muchos sentidos, ojalá se tratase de la anterior expresión del valor que tenía el discurso de un hombre, ese valor que le llevaba sin falta a cumplir sus promesas y compromisos, pero no, lo cierto es que el hombre de palabra de  hoy se queda sólo en eso, en decir todo lo que hará. Podemos aqui hacer referencia a hombres en todos los tipos de relación, porque cabe aclarar que ésto sólo tiene sentido si hay un otro a quien dirigir la palabra, hombres de palabra son los políticos que enuncian una serie de promesas que el pueblo jamás llega a ver cumplidas. Hombres de palabras somos todos cuando con falsa certeza nos acercamos a otro haciendole promesas, enumerando las cosas que harémos para las cuales más adelante tendremos pretextos, pretextos que terminan siendo más palabras, palabras vacias, palabras sin acto, palabras que enuncian sentimientos inexistentes, palabras que crean una temporal ilusión que sólo sirve para mantener por un breve tiempo el castillo en el aire, pero tarde o temprano todo se hace claro, pues las promesas tienen límite de tiempo, y conforme éste avanza, aquellas se van debilitando y abriendo los ojos del inocente alque de principio se ha embaucado. Hombres de palabras, los invito a hacer, a poner en hecho todo aquello que alguna vez han enunciado en bien de otros o de si mismos, recuperan el sentido de honor que acompañaba la palabra de un hombre. Dejen de ser hombres de palabras, para convertise en hombres de PALABRA.

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