lunes, 30 de mayo de 2011

Yo que soy un hombre feliz no comprendo la violencia, yo que encuentro placer en los detalles de la vida, no entiendo porque algunos se matan por cosas que jamás disfrutarán, yo que reconozco el valor del servicio no entiendo la avaricia, yo que tengo el amor de una mujer, no entiendo a los que traicionan ese amor, a aquellos que se vanaglorian en la traición y la deshonestidad. Yo que disfruto de la lealtad de un perro no me imagino a quienes cometen crueldades en su contra, yo que comprendo el valor de las platas y me admiro con su belleza, no sé decir por qué otros hombres las maltratan.

Yo que soy un hombre feliz, siendo que nada me falta, vivo modestamente, pero gozo de la calma, el amor, la comprensión, la paz y las posibilidades de regocijo que muchos a quienes se les conoce como poderosos en diferentes medios, jamás tendrán acceso.


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